La economía digital nos lleva a rutas antes inimaginables, desconocidas, cuantificables y medibles. Conceptos como Decentraland nos crea un “mundo” paralelo, completamente alternativo al que conocemos, en el que se pueden comprar y alquilar propiedades con moneda digital, por decir lo poco. Se puede aplicar a un empleo, por el que recibiremos una paga, y donde quien asiste a desempeñar su labor es nuestro avatar. Sí, así como lo oye hay bancos virtuales donde podemos pedir un préstamo, obras de arte creadas mediante NFT’s, que podrán aumentar o disminuir su valor en el tiempo. Dado a que existe la ley de la oferta y la demanda, los precios reflejan una “realidad” alternativa, existiendo formadores de precios, como OpenSea y donde los contratos son perfeccionados de manera inteligente con herramientas como Ada Cardano. Un contrato inteligente se caracteriza por ser auto-ejecutable, una vez que se perfecciona no se puede detener, modificar, borrar, o incluso censurar. Nos adentramos en un mundo surreal, donde la pandemia nos ha aligerado el paso hacia formas alternativas de hacer las cosas. ¿Será que algún día, al morir, nuestro avatar continuará viviendo por nosotros, manteniendo una personalidad idéntica a la que tuvimos en el mundo real y que se relacionará con nuestros seres queridos? Bienvenidos a la era digital, al futuro, a lo que nunca antes pudimos ni siquiera imaginar; lo bueno, es que ya no hay marcha atrás… ¡Vivámosla con optimismo y emoción!
Juan Carlos Araya
Founding Partner and Fund Manager DIG Fund