El PIB de Rusia es USD 4,700,000 millones y el de Ucrania USD 390,000 millones, ambos datos a 2018 según Banco Mundial. El primero, tiene una población de 145 millones y, el segundo, 42 millones. Con la unificación, el PIB pasaría a USD 5,090,000 millones y la población a 187 millones. Eso significa que Ucrania podría ver, dada su elevada población relativa, un aumento de 9 veces en su poder adquisitivo, con la eventual “fusión por absorción” (hostil), mientras que Rusia sacrificaría un 11% de su PIB, por el “gasto” que le conllevará mantener a la nueva provincia. El “ahorro” en peajes, por gasoductos y oleoductos, es insignificante, dados los números. Por supuesto, estos efectos no son inmediatos y podría tomar años el ejecutarlos, a diferencia de las dos Alemanias, por haber sido este un evento “pacífico”. Entonces, ¿qué gana Rusia con la invasión? Acceso a Europa (ampliación de su mercado energético, a costas de Estados Unidos), al mar Negro (y al mediterráneo, por el Bósforo) y a no depender del Nordstream 2 para la venta de gas a Europa. ¿Qué perdería Rusia? El respeto mundial, excepto el de su país -cosa que parece no importarle a Putin- y asumiría, sin duda, sanciones económicas por parte de Europa, Estados Unidos y del Reino Unido, siendo el Bitcoin (sustituto del Euro y del Dólar para la venta de Gas y Petróleo), el gran ganador. ¿El aliado de Rusia? China, quien puede que se “envalentone” y haga lo mismo con Taiwán. Dada esta situación, el mapa geopolítico y económico mundial cambia de forma radical, con la eventual invasión. ¿La solución diplomática (pacífica) posible? La anexión voluntaria de Ucrania a Rusia, cosa que tendría que pasar entre hoy y mañana. ¿Probabilidad de que suceda la anexión? Muy baja. El evento bélico pareciera inminente.
Rusia se mueve para reconocer Crypto como una forma de moneda

21 Feb