“Half of what separates succesful entrepreneurs from non-succesful ones is pure perseverance”
-Steve Jobs-
Una semana atípicamente agitada en los mercados digitales, fue la que nos deparó la del 7 al 13 de noviembre. Procedemos a explicar con mayor detalle lo acontecido. En los mercados suceden “altos y bajos”, que son perfectamente naturales. Éstos pueden ser de tipo técnico (análisis de gráficos), que básicamente prueban que la historia se repite y que los mercados tienen “memoria”, o fundamental, que es cuando “noticias” impactan positiva o negativamente el comportamiento de los precios. Los datos técnicos son pronosticables, por lo que es sencillo leer los movimientos, sabiéndolo hacer, mientras que los de orden fundamental son de impacto generalmente “inmediato”. El análisis técnico es más consistente en el largo plazo, mientras que los fundamentales terminan siendo pasajeros; pasan, cuando pasa la noticia.
Este 2022 se ha caracterizado por tener un aplazamiento técnico momentáneo en el Bitcoin, luego de dos años con crecimiento casi ininterrumpido. A estos períodos nos gusta denominarlos “descansos”, porque el mercado requiere tiempo para planificar el siguiente movimiento alcista. Esta es una de las razones por las que el tiempo de permanencia de los clientes, en el fondo, debe ser de largo plazo.
Sin embargo, ha habido también noticias que han alargado los eventos técnicos, como son la guerra en Ucrania, la cadena de suministros de alimentos, los precios de la gasolina y el gas natural, que, aunados a un bajo crecimiento económico de las principales potencias mundiales, provocan un evento conocido como “estanflación, que se entiende como inflación aunada a una producción baja, o negativa. En el mundo digital, noticias recientes, como la quiebra de un conocido “exchange” (mercado organizado), crea un natural nerviosismo en los inversionistas.
Estos elementos, actuando de manera conjunta, hacen que los precios de los activos financieros bajen su valor en forma general. Bitcoin por supuesto no es la excepción. Ante la pregunta de si este es el momento de salir, la respuesta es no. Lo sería en el caso de que el activo de respaldo, que en el caso de DIG Fund es el Bitcoin, principalmente, no tuviera nuevas posibilidades de crecer. Esto claramente no es así. Las pérdidas o las ganancias se realizan al vender, en el caso de un activo, o de salir, para el ejemplo de un fondo de inversión. En ese momento ya no hay vuelta atrás.
Luego de un 2022 atípico en el comportamiento de Bitcoin, de haber tocado en varias ocasiones “fondo” con su precio, no pareciera que las probabilidades de que suceda lo mismo en 2023 y 2024 sean iguales. Somos firmes creyentes de que “lo peor” ya pasó, por lo que los dos años siguientes debieran ser de nuevo positivos.
Por último, no quisiera dejar de mencionar la psicología del inversionista. Reaccionar a expensas del nerviosismo, es lo que hace que las personas e instituciones cometan el error de realizar pérdidas de forma no sustentada, provocada por eventos naturales de los mercados. Este fenómeno se conoce como FUD (fear, uncertainty, doubt), por sus siglas en inglés. Lo extraño es que cuando los precios van al alza, la misma psicología provoca un deseo de volver a entrar, lo que se conoce como FOMO (fear of missing out), que es el no querer quedarse “afuera” del evento creciente. En conclusión, los aspectos psicológicos provocan que los clientes hagan exactamente lo contrario de lo que debieran hacer: salir cuando el precio está bajo, y entrar cuando el precio está alto.
Esperamos con esto haber evacuado las dudas de todos, y agradecemos, como siempre, su confianza en DIG Fund.